Son muchas las maneras en que un individuo puede responder ante una situación de estrés. Dicha reacción o patrón conductual constituye una respuesta subjetiva que a su vez, depende del carácter y de la experiencia personal del individuo.
No obstante, tales respuestas subjetivas también se relacionan con una serie de factores objetivos que involucran procesos fisiológicos y genéticos, como parte de los efectos producidos por las hormonas.
Tabla de Contenidos
Las hormonas y el estrés
Las situaciones de tensión y ansiedad durante un determinado período de tiempo, se relacionan directamente con el estrés. Este estado puede desencadenar una serie de afecciones físicas y psicológicas importantes capaces de alterar nuestro estado de salud significativamente.
En este proceso intervienen las distintas hormonas relacionadas con el estrés, las cuales también son responsables de los cambios físicos y fisiológicos a experimentar a corto o a largo plazo, dependiendo de la carga hormonal de cada persona en particular.
Alteraciones hormonales
Las alteraciones hormonales se relacionan principalmente con el sistema neuroendocrino y su capacidad de activarse ante acontecimientos inesperados o situaciones de riesgo.
De esta manera, el sistema neuroendocrino acelera la actividad de las glándulas adrenales y provoca una reacción en cadena en las hormonas que dependen directamente de dichas glándulas.
El cortisol juega un papel fundamental. Es la hormona de mayor peso durante la alteración del sistema neuroendocrino, y es quien puede afectar proporcionalmente el funcionamiento corporal del individuo.
Además, como el cortisol también es capaz de influir sobre otras hormonas durante este proceso, se considera la principal mensajera química dentro de las alteraciones hormonales relacionadas con el estrés.
El cortisol, la hormona del estrés
Considerada por la comunidad científica como la hormona del estrés, el cortisol es un neurotransmisor natural que al producirse en situaciones de alarma, intensifica la respuesta del individuo ante dichos escenarios de alarma.
El hipotálamo es quien controla la liberación del cortisol, el cual a su vez es segregado cuando existe un nivel bajo de glucocorticoides en la sangre. Si bien puede ser positivo en pequeñas cantidades, en grandes cantidades puede ser contraproducente para nuestra salud física y mental.
Así, la irritación, el mal humor y la ira se asocian con elevados niveles de cortisol, al igual que la constante presencia de cansancio, la falta de apetito y la gula.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es un glucocorticoide que funciona como un neurotransmisor esencial para la actividad diaria. Se produce en la corteza suprarrenal y su producción depende de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y de nuestro ritmo circadiano.
A su vez, la regulación de ambos elementos dependen de la hipófisis, una pequeña pero importante glándula situada en el hipotálamo. En resumen, el proceso que inicia en la corteza suprarrenal y es regulado por el ACTH, el ritmo circadiano y la hipófisis, permiten la producción de la hormona cortisol en nuestro organismo.
Además, como bien se ha dicho antes, las situaciones que interpretamos como estresantes aumentan los niveles de cortisol. De esta manera, un nivel medio y equilibrado de cortisol es capaz de mantenernos despiertos y activos, así como es capaz de reducirse durante la noche para facilitar el descanso y conciliar el sueño.
Sin embargo, cuando los niveles de cortisol no disminuyen durante la noche, lo común es que existan dificultades para descansar apropiadamente. Y a pesar de que el cortisol tiene un papel clave en nuestra salud, un nivel elevado y significativo puede identificar cada posible problema como una amenaza constante.
El cortisol y el desempeño cognitivo
Dado al desempeño del cortisol en el organismo humano, también podemos relacionarlo con el desempeño cognitivo individual. Por ende, si tomamos en cuenta que un nivel crónico de cortisol puede afectar directamente nuestro proceso cognitivo, la atención, la resolución de problemas y la toma de decisiones puede verse afectada por el aumento desmesurado del mismo.
De hecho, estudios recientes llevados a cabo por la Universidad de Minnesota y el Monte revelan como una cantidad desmedida de cortisol puede generar disfuncionalidad durante el desarrollo cognitivo al afectar el desarrollo cerebral y propiciar problemas de aprendizaje durante diferentes etapas de nuestra vida.
Síntomas relacionados con una producción elevada de cortisol
Cuando el cortisol es liberado, una cantidad pronunciada de glucosa es segregada en la sangre. Al mismo tiempo, la glucosa genera cierta cantidad de energía muscular y estimula la respuesta individual ante situaciones de tensión.
Una vez el elemento estresante desaparezca, los niveles de cortisol volverán a la normalidad. Pero, si esto no sucede, podría ser perjudicial de manera distinta para cada persona en particular.
De esta manera, los síntomas relacionados con un elevado porcentaje de cortisol dado a situaciones de estrés constantes son:
- Cambios de humor.
- Fatiga.
- Irritabilidad.
- Palpitaciones.
- Afecciones gástricas.
- Dolor muscular.
- Hipertensión.
- Calambres.
Otras hormonas relacionadas con el estrés
Si bien el cortisol es la principal hormona del estrés, también existen otras hormonas capaces de interactuar y estimular los niveles de adrenalina vinculados al instinto y a la supervivencia en situaciones de riesgo.
Glucagón
El glucagón se sintetiza a partir de las células páncreas y se centra principalmente en el metabolismo de los hidratos de carbono. Su función se basa en permitir que el hígado libere la glucosa necesaria en los momentos de mayor tensión.
De esta manera, los músculos se activan mucho más rápido y la dosis de glucagón permiten mayor movilidad en situaciones de crisis o de riesgo. Por ello, ante situaciones de emergencia o estrés, el páncreas libera grandes dosis de glucagón para estimular la energía en nuestro cuerpo.
Sin embargo, a niveles inadecuado, la hormona también puede causar desequilibrios o alteraciones hormonales que resultan peligrosas sobre todo en las personas que sufren de algún tipo de diabetes.
Prolactina
Pese a su función durante el período de lactancia, las alteraciones por estrés durante dicho período son capaces de provocar hiperprolactinemia. Las consecuencias pueden manifestarse mediante niveles desmedidos de prolactina, los cuales a su vez liberan hormonas hipotalámicas que disminuyen la síntesis de estrógenos y conllevan a cambios drásticos de humor a causa del estrés hormonal.
Testosterona y estrógeno
La testosterona, una hormonal sexual masculina que se encarga del desarrollo masculino y de la respuesta sexual de un individuo, también es responsable de la liberación de hormonas como el cortisol cuando su producción disminuye ante circunstancias externas que generan tensión y estrés emocional.
Lo mismo sucede con el estrógeno, una hormona sexual femenina que inhibe el comportamiento sexual normal de la mujer cuando sus niveles disminuyen significativamente ante situaciones de riesgo que posteriormente, aumentan los niveles de cortisol en la persona afectada.
Conclusión
La existencia de las hormonas del estrés, en relación a su funcionamiento y alteración, demuestran como nuestro sistema endocrino se vincula con estados mentales y conductas cognitivas.
La liberación de estas sustancias químicas produce cambios físicos y psicológicos que, en mayor medida, pueden causar alteraciones en el comportamiento general de un individuo.
Si usted se encuentra en medio de situaciones de estrés contaste y cree estar sufriendo síntomas relacionados con esta afección, consulte inmediatamente a su médico de confianza para tomar medidas al respecto lo más pronto posible.