Uno de los principales miedos que tienen los pacientes de implantología dental es someterse a una cirugía. Tanto el proceso como la recuperación se tienen por bastante dolorosos, y por ello muchos preguntan si es posible colocar implantes dentales sin cirugía.
En este artículo abordaremos en profundidad el tema, ya que en muchos casos es probable que se haya oído hablar de la posibilidad de someterse a un tratamiento conocido como implantes sin cirugía. Ya te hemos hablado de otros temas que pueden ser de tu interés como:
- Costes y marcas de implantes dentales
- Procedimiento a seguir en los distintos tipos de implantes dentales
- Tipos de implantes dentales
- Factores que dificultan la osteointegración
- Cómo afecta la osteoporosis a los maxilares y resto de la boca
Pero vamos al tema que tratamos en el post actual:
Tabla de Contenidos
¿Qué son los implantes dentales sin cirugía?
Antes de empezar a hablar de este tema, es importante destacar que no se trata de una técnica en la que no se realice ningún tipo de invasión, ya que es evidente que se tiene que perforar para insertar el diente. Por eso algunos cirujanos prefieren definirlo como una cirugía mínimamente invasiva. No se usa un bisturí, no se corta ningún tejido y no hay que dar puntos. Por lo tanto el paciente no sangra, la zona no se inflama y tras la operación no hay que temer al dolor.
Estos implantes siguen unas pautas muy concretas de planificación. Con la ayuda de un ordenador se analizan las condiciones de la dentadura del paciente. Se hace un diseño 3D y se mira cuál es el punto exacto donde se colocará el implante, siempre tratando de evitar las zonas con tejido blando.
Los implantes dentales sin cirugía son el resultado de los avances que se han logrado en el uso de materiales y diseño de prótesis dentales. Hace años, la única manera de ponerlos era abriendo la encía para llegar al hueso, donde se colocan estos implantes. Hoy todavía se sigue haciendo así, aunque poco a poco la nueva técnica está dejando paso a los métodos anteriores.
¿Quién puede someterse a esta técnica?
Para que el paciente pueda recibir un tratamiento de implantología mínimamente invasiva, debe cumplir una serie de condiciones. Lo normal es que no haya problemas en este sentido, aunque en caso de que no haya suficiente hueso para que el implante se sujete y haya que regenerarlo, este método se descartará.
Esto se debe a que el proceso es sumamente preciso, y no se puede permitir que por falta de tejido los implantes no se fijen adecuadamente. Y por supuesto es necesario que se encargue de ello un cirujano experto, capaz de determinar cómo colocarlo sin necesidad de ver la zona directamente.
Para asegurarse de que es o no viable el procedimiento, en la primera visita se hace un análisis completo para ver hasta dónde llega su problema. Una vez hecho esto, se procederá a recomendar el tratamiento más adecuado.
Cómo se procede a la implantología mínimamente invasiva
Después de haber realizado la primera visita, en la que se realiza un TAC y un estudio completo para comprobar que no hay otros problemas adicionales, se lleva el modelo a un ordenador. Allí se somete a un proceso de renderizado, donde se analiza en profundidad para asegurarse de que hay hueso suficiente y no es necesario injertar en la zona.
También se emplean modelos de los implantes para determinar con exactitud milimétrica dónde deben colocarse. De este modo se agiliza el proceso una vez que se proceda a la intervención. Con toda esta información se puede realizar una intervención guiada por ordenador, que marca dónde se debe perforar y la posición que tendrá cada implante.
La colocación de los implantes es cuestión de minutos, apenas unos 10 dependiendo de si se trata de uno solo o hay que colocar varios. Para realizarlo se usa una anestesia muy suave, la misma con la que se extrae una pieza o se realiza un empaste.
En total la intervención puede llevar alrededor de una hora, siempre que se tenga la posición concreta en la que irán los implantes y todo esté listo para colocar las fundas cuando se termine. En caso contrario habrá que esperar a tenerlas y ponerlas para dar por acabada la operación.
Ventajas de los implantes dentales sin cirugía
En caso de que el paciente pueda someterse a este proceso, los implantes dentales sin cirugía cuenta con varios puntos a favor respecto a otras técnicas.
Uno de ellos es que se reduce al mínimo la posibilidad de error debido a que se hace un estudio muy preciso para saber con seguridad qué situación tiene el paciente y lo que le hace falta.
Debido a que gran parte del trabajo se realiza con un ordenador, el tratamiento dura muy poco. En cuestión de minutos estarán los implantes colocados justo en el lugar en el que deben ir.
También se elimina la posibilidad de que haya imprevistos, por lo que tiene una tasa de fracaso sumamente baja. Todo se ha calculado previamente y el cirujano interviene con total seguridad.
En cuanto a la recuperación, también es más rápida. No hay que coser, por lo que no se tiene que esperar a que los puntos cierren. Tampoco hay sangrado debido al corte en la encía y el dolor apenas se nota. También es mucho más llevadero y cómodo para el paciente, que puede volver a la normalidad de inmediato y usar sus implantes a pleno rendimiento en un tiempo mínimo comparado con la cirugía más invasiva. De hecho, una vez colocada la corona, que puede ser justo tras la intervención, se puede comer y sonreír sin ningún tipo de temor.
Resultados
Los implantes dentales sin cirugía proporcionan un resultado muy similar al de las piezas naturales. No hay dolor, hinchazón ni un proceso de recuperación largo, con lo que se vuelve a la vida habitual prácticamente de inmediato. Por esta razón es una de las técnicas más solicitadas y recomendadas cuando el paciente está en condiciones de recibirla como tratamiento.
La implantología dental sin cirugía, que en lugar de así debería llamarse implantología de mínima invasión o sin dolor, es un modo de perder el miedo a acudir al dentista cuando se ha perdido una pieza dental, o varias. La mejor manera de recuperar la sonrisa sin dolor y sin necesidad de una larga recuperación.