A lo largo de la historia, el cuidado de los dientes y la reposición de piezas perdidas ha sido constante. A veces ha experimentado épocas en las que el uso de implantes y prótesis cayó en desuso, mientras que otras se han logrado grandes avances. Este es un repaso de la historia y evolución de los materiales empleados para sustituir un diente perdido.
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El primer implante del que se tiene conocimiento
Los implantes dentales son mucho más antiguos de lo que nos imaginamos. De hecho, el primero se encontró en una excavación arqueológica donde se identificó el cráneo de una mujer del neolítico. El material utilizado fue hueso humano, concretamente un pedazo de falange que es la prótesis dental más antigua de la que se tienen pruebas. En este caso todo apunta a que se trataba de un método para preparar a los muertos y darla al cadáver un mejor aspecto.
Los descubrimientos más antiguos hasta la fecha de implantología en personas vivas proceden de la cultura maya. Se han encontrado trozos de conchas y jade insertadas en la dentadura, alrededor de los cuales había crecido hueso, lo que demuestra que se implantaron en vida. Además servían para ostentar el estatus social elevado…
También en el antiguo Egipto se usaban implantes. En este caso se trataba de materiales muy diversos, ya que se han encontrado desde dientes de otras personas y de animales, hasta piedras preciosas y metales nobles. Al rededor de estos implantes también hay hueso formado.
Dientes donados en la Edad Media
En la era medieval, los nobles y militares de alta categoría no querían que les faltase ningún diente. Para atender esta demanda los barberos de la época empleaban dientes humanos, donados por personas de menor estatus social. Sin embargo las infecciones y el contagio de enfermedades, así como la imposibilidad de que los dientes se adaptaran a la nueva dentadura provocaron que se dejaran de utilizar.
El uso de los primeros metales
Tras una época en la que hubo varios intentos para trasplantar dientes, avanzamos hasta principios del siglo pasado. En esa época se empiezan a utilizar metales como el plomo y otros materiales como la cerámica para fabricar implantes. Para fijarlos se utilizaban alambres y clavos, con más o menos fortuna. Poco a poco se fueron introduciendo nuevos conceptos, como el de extremar la limpieza para prevenir infecciones o los periodos de reposo para que el diente se recupere.
Se descubren los beneficios del titanio
En la segunda mitad del siglo XX se descubrió por accidente el proceso conocido como osteointegración, que define la capacidad de ciertos metales para ser asimilados por el tejido.
Con el propósito de estudiar el proceso que tiene un hueso para cicatrizarse, el doctor Branemark y su equipo colocaron una pieza de titanio en la pata de un conejo vivo. Cuando lo quisieron quitar fue imposible, ya que alrededor del titanio se había formado hueso nuevo. Este descubrimiento le llevó a investigar el uso de este metal en diferentes aplicaciones, entre ellas la creación de implantes y prótesis dentales. Así nacieron los primeros implantes de titanio.
Materiales que se emplean en la actualidad
En las últimas décadas hemos asistido a una nueva serie de avances en cuanto a implantología y prótesis dentales. Desde la aparición de nuevos diseños para fabricar implantes dentales con forma similar a la de la raíz natural hasta materiales como la cerámica o la resina para dar un aspecto de diente real.
Hoy se emplean también prótesis de zirconio, un mineral que tiene una excelente compatibilidad con el organismo. Además se encuentra en abundancia en nuestro planeta, con lo que resulta relativamente sencillo de utilizar para estas tareas.
Los implantes y prótesis se pueden fabricar completamente de zirconio, a través de un programa de diseño que permite no solo hacer una pieza, sino un conjunto completo en caso de que se hayan perdido varias.
Por tanto, vivimos en una época en la que hay una amplia variedad de materiales disponibles para la reposición de piezas dentales. Escoger una u otra dependerá en buena medida de factores como el tipo de atención que se requiera, así como el presupuesto del que se disponga.
Materiales y técnicas de futuro
La fabricación de prótesis dentales sigue avanzando. Hoy se estudian diversas posibilidades a la hora de desarrollar materiales más resistentes y con apariencia natural. Todo pasa por combinar diversos elementos cerámicos, dando como resultado una nueva línea de implantes.
Otro de los materiales que se emplean actualmente y con toda seguridad seguirá haciéndose en el futuro es el composite. Una combinación de resinas sintéticas con la que se fabrican prótesis además de permitir la restauración de dientes dañados. También se están realizando pruebas para unir las ventajas de este material con el de los compuestos cerámicos.
En cuanto a las técnicas de fabricación, la impresión 3D se presenta como uno de los caminos más probables. A través de programas informáticos de diseño, se puede mapear la dentadura del paciente, crear un modelo virtual de este o incluso guardar un registro de la boca completa para usar en futuras ocasiones. A partir de ahí se extraen los datos para fabricar las piezas, y una impresora cargada con los materiales adecuados puede imprimir un nuevo diente. Este proceso reduce los tiempos de espera y puede realizarse en la propia consulta, siempre que esté dotada de los medios técnicos necesarios.
Del hueso natural a los materiales de última generación, la implantología dental ha experimentado una evolución notable. Siempre con el mismo objetivo: reponer aquellos dientes que se han perdido por cualquier razón.