Por generaciones, la ciencia ha tratado de resolver los misterios relacionados con el crecimiento del vello en los seres humanos. En un principio, los investigadores se limitaban a considerar el carácter evolutivo como un factor determinante.
Sin embargo, hoy la teoría se complementa con múltiples pruebas relacionadas con los canales celulares. De esta manera, los investigadores han demostrado cómo nuestro cuerpo es capaz de segregar proteínas que bloquean las células encargadas de desencadenar el crecimiento del vello.
Dependiendo de nuestras características genotípicas, dichos canales celulares también se ven afectados por nuestro determinado proceso hormonal. Razón que explica el porqué algunas personas tienden a tener pelo en todo el cuerpo, y no donde deberían.
Tabla de Contenidos
Aspectos evolutivos
La adaptación evolutiva es un aspecto sumamente relevante en la aparición del vello en la especie animal. Los últimos estudios consideran que ciertos animales evolucionaron para estimular la producción de DKK2, la proteína capaz de producir vello.
Dicho proceso evolutivo se relaciona con el sentido de supervivencia en los seres vivos. Lo mismo sucede con la desaparición del pelo en ciertas zonas del cuerpo.
Al cambiar nuestro entorno natural, junto con nuestros hábitos alimenticios e higiene, también cambia la estructura celular, hormonal y neuronal de nuestro organismo.
Así pues, una mano sin pelo sirve para sostener herramientas con mayor firmeza, mientras que las zonas con vellosidad se mantienen mejor protegidas en comparación con aquellas que ya no ameritan la protección del cabello.
No obstante, cuando existe aumento de vello en zonas “inadecuadas” y disminución de cabello en las áreas donde normalmente crece, probablemente se deba a un desequilibrio hormonal genético.
El exceso de pelo
Al estudiar la producción de los niveles de DKK2 y la señalización WNT en las especies, la ciencia espera aprovechar las particularidades de los canales proteicos para tratar enfermedades y trastornos relacionados con el exceso del cabello o la falta del mismo.
En los hombres, aunque el crecimiento del pelo varía mucho, es importante prestar atención a las particularidades de dicho crecimiento. En las mujeres, aunque la cantidad de pelo se considera excesiva en función al criterio cultural, muchas veces el desarrollo desmedido del pelo se debe a un trastorno hormonal grave.
Tomando esto en cuenta, la ciencia clásica el aumento del vello corporal como:
- Hirsutismo.
- Hipertricosis.
Hirsutismo
El hirsutismo es el crecimiento excesivo del pelo o vello en las zonas en las que generalmente su producción es limitada. Aunque es más frecuente en las mujeres, los hombres también tienden a sufrir dicho trastorno hormonal.
La alteración suele relacionarse con la hipófisis o las glándulas suprarrenales, y su influencia sobre los esteroides masculinizantes. Este tipo de trastorno es frecuente después de la menopausia o en las personas que consumen fármacos anabolizantes.
En resumen, el hirsutismo puede ocurrir debido al aumento de los esteroides androgénicos que conllevan al incremento de la dihidrotestosterona. Cuando esto sucede, el pelo fino y pigmentado gana grosor y se oscurece.
Hipertricosis
La hipertricosis es un tipo de trastorno hormonal que estimula el crecimiento del pelo en cantidades excesivas. Si bien puede producirse en zonas específicas y localizadas del cuerpo, la manifestación más común es aquella que cubre toda la superficie corporal, exceptuando los pies y las palmas de las manos.
La caída del pelo por desequilibrio hormonal
Nuestra cantidad de pelo (cómo crece y se distribuye) depende de la cantidad de hormonas por andrógenos, de manera que no todo desequilibrio hormonal significa un trastorno progresivo y grave.
En líneas generales, la testosterona y dihidrotestosterona (DHT), es responsable del desarrollo y caída del pelo en cada caso particular. Por ende, cuando la testosterona no está en niveles adecuados, tiende a transformarse en DHT, lo cual a su vez inicia la caída del cabello.
Tomemos en cuenta que la DHT afecta directamente a los folículos pilosos gradualmente hasta provocar la caída del cabello y generar problemas de alopecia principalmente en los hombres.
En las mujeres, por otro lado, la progesterona y el estrógeno siguen fluctuaciones distintas y no se segregan continuamente, de manera que las complicaciones suelen ser un tanto más complejas a la hora de determinar un problema hormonal que esté perjudicando la salud capilar.
El pelo y la alopecia
Como ya se mencionó con anterioridad, la alopecia también es un trastorno hormonal relacionado directamente con el cabello humano. Pero, al contrario de las patologías ya descritas, la alopecia genera pérdida desmedida del cabello.
De hecho, la alopecia androgenética es el resultado de la alteración de los andrógenos que, una vez alterados, tienden a acortar la fase del crecimiento del pelo y a sustituirla por vello.
En los hombres, por ejemplo, la pérdida de densidad en el cabello suele ser progresiva, mientras que en las mujeres se aprecia adelgazamiento en el grosor del cabello.
Además, conviene tomar en cuenta el funcionamiento inadecuado de la hormona tiroides, que también tiende a provocar la caída del cabello. De esta manera, tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo se relacionan con el debilitamiento y caída en el cabello en las mujeres.
Las hormonas y el pelo durante la menstruación
Debido a los cambios en los niveles de estrógenos durante el embarazo, muchas mujeres tienden a notar como el pelo también cambia en aspecto, volumen y brillo.
De esta manera, las caídas del cabello son más frecuentes en algunas mujeres, y el crecimiento del vello en otras zonas del cuerpo (sobre todo alrededor de los senos y en la cara) se vuelve frecuente.
El pelo durante la menopausia
Con la menopausia, los niveles de estrógeno comienzan a descender mientras que la testosterona se mantiene estable. Esto genera cambios fisiológicos significativos, que se proyectan principalmente en el volumen general del pelo.
Conclusión
Tanto la caída como la aparición del pelo se deben a cambios o trastornos hormonales leves o crónicos. Mientras que los hombres son más propensos a la alopecia, las mujeres son sensibles a desequilibrios hormonales propios de la menopausia, la menstruación y la gestación.
Clínicamente también se habla del hipertricosis y el hirsutismo, pero son patologías poco comunes que ameritan de tratamientos especificaciones tomando en cuenta la gravedad y particularidad del caso.