La cistitis es el término médico que se utiliza para describir la inflamación de la vejiga. Generalmente, la inflamación se debe a infecciones bacterianas que afectan las funciones regulares de la vejiga, y terminan por causar dolor o molestias que pueden intensificarse si no se toman medidas lo antes posible.
A su vez, la cistitis también puede deberse a una reacción a determinados medicamentos o productos químicos, como es el caso de los aerosoles femeninos y los geles espermicidas.
Tabla de Contenidos
¿Por qué se Inflama la Vejiga?
Al ser un órgano hueco que se sitúa en la parte inferior del abdomen, la vejiga es susceptible a infecciones bacterianas que pueden afectar las funciones regulares de la vejiga, causando malestar al orinar.
La inflamación de la vejiga generalmente se debe a la cistitis, aunque también existen otros factores poco comunes que pueden causar inflamación en la vejiga.
La incontinencia urinaria y la vejiga hiperactiva corresponden a un descontrol en la orina, lo cual a largo plazo conlleva a la inflamación de la misma, al no efectuar correctamente las funciones biológicas competentes.
Otras afecciones a mencionar son:
- Cistitis intersticial: Problema crónico que conlleva al dolor en la vejiga.
- Cáncer de vejiga: El cáncer de vejiga corresponde un problema crónico y severo que conlleva a la inflamación del órgano y por lo tanto, al dolor regular en dicha zona.
Causas
Para detectar más rápido los síntomas y conocer las causas que llevan a la inflamación de la vejiga, basta con entender el sistema urinario, el cual comprende los riñones, la vejiga, los uréteres y la uretra.
La función de los riñones, por ejemplo, se basa en eliminar las toxinas del cuerpo y regular la acumulación de sustancias. Los uréteres, por otro lado, son pequeños tubos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga y por última, esta se encarga de almacenar la sustancia para expulsarla del cuerpo a través de la uretra.
Cuando el mecanismo no funciona correctamente, posiblemente se deba a una cistitis bacteriana o no infecciosa.
Cistitis Bacteriana
Las infecciones de las vías urinarias ocurren cuando las bacterias que alojan fuera del cuerpo ingresa a través de la uretra y proceden a multiplicarse. De esta manera, la mayoría de los casos se producen por un tipo de bacteria llamada Escherichia coli.
Y aunque las infecciones bacterianas en la orina también pueden deberse al contacto sexual, la mayoría de los casos corresponden a otro tipo de contacto y agentes que conllevan a la infección e inflamación de la vejiga.
Cistitis no Infecciosa
Como se mencionó anteriormente, cuando la cistitis no es a causa de bacterias, la inflamación puede ser causada por alguna patología crónica, como es el caso de la cistitis intersticial.
El tratamiento con radiación en la zona pélvica también es capaz de producir inflamación en el tejido de la vejiga, al igual que ciertas sustancias químicas utilizadas en la elaboración de productos de higiene personal.
Por otra parte, las personas que sufren de diabetes, cálculos renales o han sufrido alguna lesión en la médula espinal, también son propensos a sufrir inflamación en la vejiga periódicamente.
Síntomas
Cuando la inflamación se debe a una cistitis, los signos y síntomas son fáciles de detectar, ya que suelen ser frecuentes y bastante comunes.
- Necesidad de orinar constantemente.
- Sensación de ardor al orinar.
- Orinar en pequeñas cantidades y de manera frecuente.
- Sangre en la orina.
- Orina de olor fuerte y color turbio.
- Presión en la parte inferior abdominal.
- Fiebre a baja temperatura.
En cuanto a los niños pequeños, el orinar constante o accidentalmente durante el día puede ser señal de una infección urinaria, aunque no debemos confundir la acción inconsciente con el hecho de orinar la cama durante la noche o por algún otro motivo ligado a la conducta del niño.
Tratamiento
Para tratar la infección de la vejiga por la presencia de bacterias, se toman en cuenta los síntomas y los resultados de las pruebas de laboratorio y luego, se precede a recetar antibióticos en específico.
La fluoroquinolonas y la ciprofloxacina se recetan para casos de infecciones frecuentes, mientras que los antibióticos intravenosos se utilizan para casos mucho más graves.
Para los casos más simples, se recetan dosis pequeñas durante unos o tres días y por lo general, se recomienda usar una compresa térmica sobre el abdomen para reducir el dolor y o la presión de la vejiga.
Factores de Riesgo
La anatomía particular de la mujer, la convierte en un blanco fácil para las bacterias que se alojan en las vías urinarias. Debemos recordar que las mujeres tienen una uretra más corta, lo cual acorta la distancia por la que deben pasar ciertas bacterias a la hora de alcanzar la vejiga.
De esta forma, las mujeres son más propensas a sufrir infecciones urinarias que los hombres, por lo que es necesario tomar medidas en específico para evitar complicaciones severas.
En este sentido, las mujeres con mayor posibilidades de sufrir infección en la orina son aquellas que:
- Son sexualmente activas: Al terminar el coito, las bacterias suelen impulsarse mediante la uretra para multiplicarse en la zona en cuestión.
- Usan anticonceptivos inadecuados: Ciertos anticonceptivos femeninos tienden a generar infecciones a largo plazo, dado a los agentes espermicidas que estos contienen.
- Están experimentando la menopausia: La alteración hormonal en mujeres posmenopáusicas, se asocia con las infecciones de orina, dado a los cambios drásticos en el organismo.
- Están embarazadas: Los cambios hormonales, como se ha mencionado con anterioridad, aumentan el riego de infecciones en la vejiga.
- Sufren de alguna enfermedad crónica: Las enfermedades crónicas que interfieren en el flujo de la orina, influyen en el sistema inmunitario u obligan al paciente a utilizar una sonda en la vejiga, generalmente aumentan la vulnerabilidad de las infecciones bacterianas al afectar el tejido de la vejiga.
En el caso de los hombres que no padecen trastornos, la cistitis es inusual y de sufrirla, se aconseja acudir inmediatamente al médico para su pronto análisis y tratamiento.
Prevención
Para prevenir la inflamación en la vejiga, principalmente se recomienda beber mucho líquido, en especial si estamos en medio del tratamiento en cuestión.
A su vez, es importante no aguantar la necesidad de orinar y emplear buenas técnicas de higiene, como el secarse de adelante hacia atrás después de la evacuación o ducharse en vez de tomar baños en tina.
Después del acto sexual, procura vaciar la vejiga y beber agua para ayudar en la erradicación de las bacterias. Como regla básica, evita a toda costa el uso de desodorantes en aerosol en la zona genital, ya que estos productos tienden a irritar tanto la uretra, como la vejiga.