La faringitis es más común de lo que generalmente solemos pensar y las causas están íntimamente relacionadas con las alergias e infecciones bacterianas o víricas. Así, el tratamiento adecuado, será aquel que se adapte a las condiciones del tipo de faringitis diagnosticada.
Para determinar las causas, factores de riesgo y posible prevención, es saber reconocer los síntomas generales de la faringitis y en su defecto, acudir inmediatamente a un especialista para evitar complicaciones.
Tabla de Contenidos
¿Qué es la Faringitis?
La faringitis es una inflamación que se origina en la mucosa de la garganta o faringe, y es causada principalmente por virus o infecciones bacterianas, por lo que es perfectamente común experimentar molestias en la región de la garganta, que a menudo afectan funciones básicas como tragar o hablar.
Causas de la Faringitis
Las alergias y virus comunes, muchas veces son responsables del dolor de garganta común y de hecho, los casos relacionados con las infecciones bacterianas son poco frecuentes, en comparación con los primeros.
Enfermedades virales
- Gripe y resfriado común.
- Mononucleosis.
- Sarampión.
- Varicela.
Enfermedades bacterianas
- Tos ferina o infección del tracto respiratorio.
- Difteria: Causada por la bacteria Corynebacterium diphtheriae.
- Faringitis estreptocócica: Causada por la bacteria Streptococcus pyogenes.
Alergias
Con respecto a las alergias, las personas más sensibles al polvo, el polvo o incluso el moho, pueden terminar padeciendo irritación e inflamación en la garganta, debido al goteo retronasal, el síntoma principal de la mayoría de las alergias.
Síntomas
En contraste con el dolor de garganta, la odinofagia, la sequedad en la garganta y el dolor de cabeza suelen ser otros signos secundarios que se experimentan durante el padecimiento.
A su vez, es usual presentar:
- Fiebre.
- Erupción cutánea.
- Amigdalitis.
- Dolor muscular y/o articular.
- Ronquera.
- Inflamación en los ganglios.
4 Tipos diferentes de Faringitis
Sin embargo, ciertos síntomas suelen variar o incrementar de acuerdo al tipo de faringitis que se padezca, de manera que es importante prestar atención al comportamiento general de nuestro organismo, para poder compartir los detalles con nuestro médico de confianza.
- Faringitis aguda: Se trata de la faringitis común, causadas por bacterias o virus frecuentes.
- Faringitis crónica: Se desarrolla a partir de la faringitis común o aguda, y suele ser ocasionada por el consumo excesivo de alcohol o tabaco, o por exponer la voz a decibeles inadecuados. Dependiendo de las causas y circunstancias, se aplicará un tratamiento en específico.
- Faringitis estreptocócica: Infección de la garganta bastante común en niños y adolescentes que, debido al contacto continuo con otros, tienden a padecerla como parte de un contagio viral.
- Faringitis vírica: Inflamación de las amígdalas y la laringe, también causada por virus.
Diferencias entre Faringitis y Amigdalitis
Es muy común no saber diferenciar la faringitis de la amigdalitis, ya que ambas aluden a la inflamación en las vías respiratorias. Sin embargo, mientras que la amigdalitis ataca las amígdalas, la faringitis se relaciona únicamente con la faringe.
En este sentido, podemos asegurar que las diferencias se deben a una cuestión de zonas, a pesar de que los síntomas y los agentes patógenos sean prácticamente iguales.
Atención….!!!!!
No obstante, es posible padecer ambas afecciones, ya que las infecciones pueden propagarse y afectar varias zonas al mismo tiempo, cuando no se toman acciones tempranas tras experimentar los primeros síntomas.
Diagnóstico
Después de realizar una serie de preguntas relacionadas con los síntomas que ha experimentado, el especialista procederá a realizar un estudio a fondo. Recurrirá al uso de un laringoscopio para visualizar el estado general de la garganta.
A su vez, revisará los oídos y las fosas nasales, además de analizar la respiración y ejercer palpaciones en el cuello para detectar o descartar inflamación en los ganglios linfáticos.
En este punto, es probable que se tome una muestra faríngea para analizar la mucosidad proveniente de la garganta. De esta prueba, se obtendrán los resultados que confirmarán el padecimiento en cuestión.
¿Cual es su Duración?
Como la faringitis aguda suele ser bastante frecuente, tiende a durar unos cuantos días, y se erradica por completo una vez se empiece el tratamiento correcto a tiempo. En cambio, la faringitis crónica puede llegar a extenderse por meses.
Esto se debe, principalmente, a que el contagio de la faringitis infecciosa ocurre mediante las vías respiratorias, y el período de incubación suele ser muy rápido, en comparación con otras afecciones comunes.
De no tratar la enfermedad a tiempo, esta podría extenderse por más de 21 días y las consecuencias podrían ser mayores, llegando a influir negativamente no sólo sobre nuestro estado de salud, sino también sobre nuestro entorno social y laboral.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento contra la faringitis es controlar por completo la odinofagia, el dolor muscular, la fiebre y cualquier otro síntoma característico de esta enfermedad.
Para lograr la completa erradicación de la infección, se tomarán medidas contundentes, al margen del padecimiento sintomático (como ya se ha mencionado) y etiológico.
- Sintomáticos: Se administrarán analgésicos, antiinflamatorio y antipiréticos para tratar la disfagia, sin incurrir a los trastornos digestivos. Asimismo, se recomendará guardar reposo y hacer gárgaras con antisépticos para eliminar las bacterias alojadas en la mucosa.
- Etiológicos: Si la faringitis es generada por bacterias, es probable que se recete amoxicilina o penicilina en casos de aftas bucales víricas, mientras que para tratar la candidiasis, se recurrirá al consumo de medicamentos antifúngicos en gel.
Prevención
Acciones tan simples como no forzar la voz y beber la cantidad adecuada de agua, nos ayuda a mantener la garganta húmeda e hidratada.
De hecho, la hidratación juega un papel importante en muchos aspectos, por lo que es recomendable el consumo de líquidos calientes o los humidificadores para aliviar la sequedad en la garganta.
Como medida preventiva contra la adquisición de bacterias son:
- Lavarse las manos con regularidad antes y después de comer.
- Evitar compartir alimentos y utensilios como vasos y cubiertos.
- Recurrir al uso de desinfectantes para una limpieza completa.
- Hacer gárgaras con agua y sal o con cualquier otro antiséptico bucal, para así erradicar las bacterias acumuladas.
- Evitar el contacto con otros pacientes que sufren faringitis u otro virus común.