Dentro del género Klebsiella, la Klebsiella pneumoniae es la especie de mayor gravedad clínica, en cuanto a infecciones nosocomiales se refiere. Se compone de bacterias Gram-negativas y representa el 1% de las neumonías bacterianas que pueden terminar en condensación hemorrágica del pulmón.
Con el paso del tiempo, la Klebsiella también ha desarrollado mecanismos propios que facilitan su transmisión de paciente en paciente, llegando a afectar hasta el 8% de los dolientes que ingresan a centros hospitalarios públicos o privados.
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¿Qué es la Klebsiella Pneumoniae?
Normalmente la Klebsiella es una bacteria que se aloja en la flora intestinal en la mayoría de los seres humanos sin causar daño alguno, característica que ayuda en la protección contra ciertos gérmenes, además de promover una digestión saludable.
Sin embargo, su variedad más conocida y de mayor inquietud clínica, es la Klebsiella pneumoniae, un microorganismo capaz de producir infecciones pulmonares, de intestino, o en las vías urinarias y heridas.
En la mayoría de los casos la Klebsiella pneumoniae se contagia en hospitales, y su aparición y complicación puede llegar a causar la muerte de los pacientes, a causa de un absceso pulmonar o empiema, producida propiamente por la bacteria.
Del mismo modo, este tipo de infección nosocomial se hace más fuerte con el consumo frecuente de ciertos antibióticos en los centros hospitalarios, por lo que suele ser común su desarrollo y contagio en dichas instalaciones.
Transmisión de la Klebsiella Pneumoniae
El contagio de la Klebsiella pneumoniae puede darse mediante el contacto directo, ya que es una bacteria resistente a la superficies y catéteres. La vía de transmisión puede generarse mediante la piel, la mucosa, las heces, las heridas, e incluso la orina del infectado.
Así, toda superficie contaminada también se convierte en un factor de transmisión directo, gracias a la cápsula hidrófila que protege a la bacteria de fagocitos y bactericidas.
Factores de riesgo
La Klebsiella es capaz de sobrevivir en la superficie del agua, en la tierra, e incluso en las plantas, dado a su naturaleza ubicua. Tal característica explica la colonización en los centros hospitalarios, dado a las condiciones sanitarias de las instalaciones.
De esta manera, la propagación de la bacteria también puede darse a través de las manos contaminadas, aunque la alta colonización se asocia principalmente al consumo de ciertos antibióticos para tratar infecciones de diferente índole.
Así, tienen mayor riesgo de adquirir Klebsiella pneumoniae los pacientes con:
- Enfermedades pulmonares crónicas.
- Diabetes.
- Enfermedades que requieran cuidados de unidad intensiva.
- Alcoholismo.
- VIH.
De la misma forma, los neonatos también son propensos a adquirir esta infección bacteriana, ya sea por su condición de recién nacido o por las condiciones ambientales hospitalarias.
Síntomas
Cuando la bacteria logra salir del intestino (dado a infecciones de tracto urinario o enfermedades respiratorias graves) empiezan las complicaciones propias del virus por Klebsiella pneumoniae, puesto que la bacteria consigue entrar en los pulmones, dividiéndose y adaptándose a las condiciones del medio.
Una vez la bacteria se aloja en los pulmones, consigue cambiar y destruir el tejido pulmonar del paciente. Como consecuencia, el afectada empezará a mostrar los siguientes signos:
- Necrosis.
- Inflamación.
- Hemorragia.
- Fiebre de más de 103º F.
- Escalofríos y mareos.
- Esputo espeso.
Diagnóstico
Para diagnosticar una infección por Klebsiella pneumoniae, se toma una muestra de la mucosa de la nariz o del tracto respiratorio superior, y se procede a examinarla mediante un análisis químico.
A su vez, se pueden realizar pruebas de imagen mediante una ecografía abdominal para también descartar otras patologías relacionadas con infecciones por hongos, parásitos o virus.
Tratamiento
El tratamiento contra el virus consiste en la introducción de sueros y soluciones farmacológicas vía intravenosa; los cuales se utilizan como vasopresores para aumentar la presión arterial.
Además, tales fármacos funcionan como antibióticos de amplio espectro y como apoyo respiratorio con oxígeno. Por otro lado, la inmunoterapia también puede aplicarse como tratamiento extensivo, pero tales medios dependen de las circunstancias y del estado de cada paciente.
Los análisis de sangre y glucemia también son recurrentes, porque a partir de ellos se determina el control del lactato, electrolitos, oliguria, anuria y creatinina.
Complicaciones
De no tratarse a tiempo, las bacterias de origen Klebsiella pueden causar otras enfermedades de carácter respiratorio, además de infecciones en el tracto urinario, artritis inflamatorio degenerativa y septicemia.
Las personas con un sistema inmunológico bajo, como es el caso de los pacientes hospitalizados, con diabetes, alcoholismo y enfermedades pulmonares crónicas, son propensos a complicaciones severas a causa de la bacteria.
Prevención
Como primera medida de seguridad, se recomienda el aislamiento preventivo en los pacientes con infecciones relacionadas con la Klebsiella. De la misma manera, se promueve el protocolo de higiene relacionado con el lavado constante de manos antes y después de tocar cualquier superficie, consumir alimentos o cambiar vendajes.
Por otra parte, en las clínicas y hospitales se realizan análisis constantes a cada paciente, para determinar si han sido afectados por el virus en cuestión. Aunado a ello, los hospitales deben mantener una higiene general entre paciente y sanitarios, además de recurrir al aislamiento en los pacientes afectos, para así evitar que se transmita a otros.