Los ácaros son insectos más pequeños que la tilde en la primera letra de su nombre, que solo pueden verse a través de un microscopio. Se refugian en cualquier tipo de tejido, como las almohadas, las alfombras, la ropa de cama y los colchones.
Básicamente viven y se reproducen rápidamente en cualquier zona húmeda, cálida y con presencia de polvo. Se alimentan de células muertas de la piel, de la caspa humana y de las mascotas.
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Sufro de rinitis alérgica, ¿los ácaros del polvo pueden ser la causa?
Los ácaros son insectos principalmente alérgenos capaces de producir rinitis, y en peor caso asma, a quienes estén cerca de su hábitat. Si no se realizan limpiezas constantes en casa, una o más personas sufrirán alergia a los ácaros del polvo.
Según la publicación del doctor Ildefonso Ortiz, en la web de la Sociedad Gallega de Alergia e Inmunología Clínica, «los ácaros son reconocidos como los responsables de la alergia al polvo doméstico desde finales de los años 60 y son una de las causas de alergia más frecuente en la actualidad».
¿Cuáles son los síntomas de la alergia a los ácaros del polvo?
- Estornudos
- Congestión nasal
- Moqueo
- Goteo nasal constante
- Picor en la nariz, la garganta o el paladar
- Picor en los ojos
- Tos
- Dolor o presión en el rostro
- Si se trata de un niño, frotación constante en la nariz.
En caso de que la alergia a los ácaros del polvo aumente a un nivel de producir asma, estos serían los síntomas:
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho
- Silbido que se escucha al respirar
- Problemas de sueño por la falta de respiración o la tos
- Episodios constantes de tos que empeoran con resfriado o virus gripal
La aparición más común de estos síntomas es en los momentos de sueño, gracias a que las camas son los sitios favoritos de los ácaros, elegidos para reproducirse y mantenerse con el calor humano.
Cuando duermes con fallas respiratorias, el organismo intenta respirar bien por sí solo y lo que obtiene es una tranca que te hace despertar con episodios de tos o disnea; haciendo que recuperar el sueño sea una tarea difícil.
Complicaciones de sufrir alergia a los ácaros del polvo
Hacer caso omiso a la presencia de los ácaros del polvo y no tomar medidas contra ellos, podría ser comprometedor para el buen estado de la salud. Principalmente, la aparición de asma que con una fuerte reacción puede poner en peligro la respiración.
Y con el avance de esta patología, la persona afectada está propensa a sufrir infecciones en los senos paranasales (afección conocida también como sinusitis) que incluso podría necesitar cirugía para acabar con ella.
La aparición de sinusitis se debe a que mientras más se inflamen los tejidos de las fosas nasales, a causa de la alergia, los estornudos y la congestión, más está propensa la nariz a sufrir obstrucción en los senos paranasales.
Tratamientos para acabar con la alergia a los ácaros del polvo
Como los ácaros son un gran enemigo para la salud de los seres humanos, y hasta de los animales porque se alimentan de ellos, existen tratamientos médicos que pueden acabar con esta alergia.
Iniciando con los antialérgicos antihistamínicos, que son capaces de combatir los estornudos, la picazón y el moqueo, la loratadina o la cetirizina son buena opción. Algunos pueden comprarse a través de venta libre, sin prescripción médica.
También existen antialérgicos corticoesteroides que son usados para reducir la inflamación en las fosas nasales y controlar los síntomas de la sinusitis: propionato de fluticasona, ciclesonida, triamcinolona y otros.
Y para facilitar la respiración, los descongestionantes funcionan bien. Sobre todo si son tabletas que combinan un antihistamínico y un descongestionante. Se recomienda no usarlos si sufre de alguna enfermedad cardiovascular, glaucoma o presión arterial alta.
8 remedios caseros para acabar con los ácaros
Aunque los ácaros del polvo no se puedan eliminar por completo, con estos tips sí podrás reducir su presencia en tus muebles, habitaciones y demás lugares o accesorios que alberguen polvo.
- Usa fundas anti-ácaros. Las camas son el sitio favorito de los ácaros porque el calor humano aumenta su ciclo reproductivo, funcionando estas fundas como barrera para que no se alojen en ellas.
- Lava las sabanas cada semana. Lava todo lo que uses para tu cama, con agua a 60 grados centígrados para que reduzcas la presencia de ácaros. Lo que no pueda lavarse con agua caliente, llévalo a la secadora por unos 15 minutos con una temperatura mayor a 60 grados centígrados, antes de meter en la lavadora.
- Reduce la humedad, a menos del 50%. Para reducirla y mantenerla, utiliza un deshumificador o aire acondicionado en las habitaciones. Y para conocer en qué nivel de humedad se encuentra tu casa, utiliza un higrómetro.
- No uses alfombras o moquetas. Son un lugar confortable para los ácaros. Si no deseas eliminarlas de tu decoración, límpialas bien y con frecuencia.
- Instala filtros de alta eficacia en el aire acondicionado o la calefacción. Específicamente filtros con el Valor de Reporte de Eficiencia Mínima (MERV, por sus siglas en inglés).
- Evita la acumulación. Acumular objetos con fines decorativos aumenta el polvo y a la vez la presencia de ácaros. Libros, periódicos, revistas, objetos pequeños, ornamentos decorativos, son los que más suelen albergar el polvo.
- Usa con frecuencia la aspiradora. Para quienes son alérgicos, la aspiradora debe tener un filtro especial que disminuya la emisión de polvo. Las aspiradoras, aunque no puedan acabar con todo el ácaro, pueden eliminar el polvo en las superficies.
- Ventila tu casa. Sobre todo los dormitorios, dejando entrar aire fresco por las ventanas, al menos treinta minutos cada día. Esto es para renovar el aire y no contribuir a la humedad que tanto aman los ácaros.
Estos insectos, aunque tienen un tamaño microscópico, son capaces de causar revuelo en cada integrante de tu familia. Lucha contra ellos y no dejes de limpiar tus habitaciones.