Durante un tratamiento de implantología existen casos en los que la recuperación es más lenta porque el paciente tiene poco tejido óseo, ya sea por haber sufrido una enfermedad grave, por genética o por cuestiones de edad. Gracias a la utilización de células madre en estos tratamientos se puede mejorar toda la cicatrización y mejorar la experiencia del paciente.
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Células madre, ¿qué son?
El organismo del cuerpo humano está compuesto por diferentes tipos de células, entre ellas están las células madre que son capaces de dividirse y renovarse ellas mismas además de crear otro tipo de células diferentes. Son las encargadas de reparar nuestros tejidos cuando sufren algún daño y sustituyen las células que mueren por otras nuevas para que el organismo actúe perfectamente. Con los avances en la medicina y la ciencia poco a poco se promueve el trasplante de estas células pero también se aconseja a los padres que contraten empresas que guarden parte del cordón umbilical de sus hijos al nacer y así poder utilizarlo si fuera necesario en algún momento de su vida.
Nuestra salud dental y la regeneración ósea
La investigación con células madre está avanzando en los últimos años de manera vertiginosa. Gracias a esto se pueden usar células madre para mejorar la recuperación en los tratamientos donde el paciente tiene que someterse a la colación de un implante dental, sobretodo si es en casos de implantes múltiples o la restauración completa de la dentadura, pero también para utilizar células de la pulpa dental para mejorar la cicatrización y regeneración de otras partes de nuestro organismo como pueden ser tejidos cardíacos o de los músculos e incluso del sistema neurológico.
Desde los laboratorios donde se investiga con estas células se trabaja con dos tipos de células madre que provienen de las muelas del juicio y de los dientes de leche o, también denominados, dentición primaria (ver en la foto). Gracias a ellas se busca desarrollar diferentes soluciones para productos terapéuticos que mejoren la capacidad regenerativa de otros tejidos incrementando la producción de nuevas células que puedan luchar contra enfermedades o desgaste de estos tejidos.
La regeneración ósea se produce cuando el tejido del hueso sufre constantemente de forma natural una reabsorción y se crea de nuevo. Nuestro esqueleto durante todo un año regenera un pequeño porcentaje de hueso para que las células que lo componen, según mueren por su ciclo ordinario, se crean nuevas para un perfecto funcionamiento de nuestro cuerpo. En algunos casos esta regeneración se ve impedida por causas de un trauma o una enfermedad.
Implantología y las células madre
Cuando nuestro dentista en Valencia nos realiza la colocación de un implante, la pieza fabricada en titanio es perfectamente compatible con nuestra dentadura y el tejido que rodea el implante con el paso del tiempo se integra con el implante. Esto es lo que se llama osteointegración, es decir, que el hueso de nuestra mandíbula conecta directamente con la superficie de titanio.
El titanio es biocompatible, una vez que está en contacto con nuestro cuerpo se integra y no existe rechazo, que es uno de los problemas más comunes que se producen en los tratamientos de este tipo. Gracias a que el titanio es muy resistente puede soportar la carga oclusal, que es la fuerza o presión que es aplicada sobre la pieza implantada por parte de la dentadura contraria, la superior o la inferior, depende de donde se haya realizado el tratamiento. Otras piezas pueden sufrir un desgaste o ir aflojándose con el paso del tiempo.
Con la utilización de células madre (puedes ver cómo son en la imagen de arriba) en la colocación de implantes dentales no solo es posible que la recuperación del paciente sea en menor tiempo, las posibilidades dentro de la odontología mejoran el estado del resto de la salud general. Aquellos casos en los que existe una pérdida ósea por enfermedades como cáncer u osteoporosis, o incluso por propias enfermedades dentales derivadas de una infección sobre un implante anterior como la periimplantitis, o donde la estructura necesaria de hueso dental sea pequeña, el uso de esta técnica suple esa carencia y abre nuevas posibilidades para estos enfermos que pueden volver a tener dientes nuevos. Además es posible crear dientes totalmente artificiales que, al colocarlos sobre la dentadura del paciente, se produce una perfecta regeneración del tejido entre ambas partes.
Beneficios de las células madre en salud dental
Gracias al uso de estas técnicas podemos confirmar que el estado bucodental del paciente que acude a la clínica de un profesional de la odontología mejora considerablemente. Aunque son pocos los casos que pueden sufrir rechazos de implantes o que sufren un bajo nivel de tejido óseo donde poder actuar con cirugía, supone un nuevo camino para la investigación.
Si se obtiene una pieza dental creada a partir de células madre o estas son utilizadas para un mejor proceso de adaptación del implante, se previenen problemas de mordida porque el diente que sí tenemos en la mandíbula contraria no tiene problemas de descuelgue, si sufrimos de la ausencia del diente inferior, o, si es al contrario, no existe una posibilidad de que se aflojen el resto de piezas. Por otra parte, esta integración con el organismo y producción de nuevas células previene de posibles infecciones o inflamaciones en las encías que causan una pérdida ósea o implantaria, evitando el posible sangrado o sensibilidad dental o de las encías. También uno de los beneficios de usar células madres para implantología ayuda a desarrollar parte de la dentina natural. A largo plazo es una solución para corregir algunas malformaciones durante el crecimiento del hueso dental.
Los resultados de esta técnica con células madre en los tratamientos de implantología surgen a los seis meses de la operación que es cuando el regeneramiento óseo y del resto de los tejidos que rodean el implante cicatrizan. Desde el primer día el paciente puede notar una mejora en la escasa inflamación y los pocos síntomas de molestia o dolor que conllevan este tipo de procesos. Recuerda que siempre que vayas a realizarte cualquier tratamiento dental debes consultar a tu dentista qué es lo que él te recomienda y ver juntos qué es lo mejor para ti y el estado de tu boca.