Cuando ya se han agotado las vías de mediación y las posibilidades de hacerle frente a nuestras obligaciones financieras se reducen considerablemente, la insolvencia económica resulta la última estrategia para salir de deudas.
Sin embargo, como bien se ha mencionado anteriormente, es la opción final que se presenta cuando ya no es posible hacer una renegociación o cuando no cumplimos con las condiciones para una reunificación de deudas.
Esto a su vez quiere decir que el proceso en sí mismo está sujeto a sus propios términos y condiciones. Asimismo, tanto las personas naturales como las empresas deben cumplir con una serie de requisitos para poder declararse insolvente ante la ley.
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¿Qué es la insolvencia económica?
La insolvencia económica es un procedimiento que se lleva a cabo para negociar nuestras obligaciones de pago cuando nos encontramos en una situación crítica de iliquidez.
En tales circunstancias, las empresas mediadoras se encargan de analizar nuestra posición con el fin de solucionar dichos problemas financieros. El proceso en cuestión amerita de la aprobación de un juez.
De esta manera, el juez validará cualquier acuerdo al que lleguemos con nuestros acreedores, o bien se liquidará el patrimonio para que reiniciemos nuestra vida financiera.
¿Cómo funciona la ley de insolvencia?
En líneas generales, declarar la insolvencia implica tener que negociar nuestra posición con los acreedores. Este acuerdo debe ser válido para un juez y apto para los acreedores que figuran en la negociación.
De esta manera, si se llega a un acuerdo, se está en la obligación de cumplirlo. No obstante, de no concretarse el acuerdo, el juez puede declarar la liquidación patrimonial para que los acreedores puedan recuperar sus bienes mediante los nuestros.
De esta forma, con la liquidación de los bienes (aun si no contamos con ellos), las porciones de las obligaciones que no han sido pagadas no podrán volver a exigirse nuevamente.
Autónomos y particulares insolventes
La Ley de Segunda Oportunidad establece que cualquiera puede entrar en concurso de acreedores para solicitar la condición de insolvente. Y si bien la ley está vigente desde el año 2016, aún existe desinformación y desconfianza con respecto al tema. Razón por la cual facilitamos la compresión de los requisitos para declararse insolvente siendo autónomo o particular:
- Que la deuda no supere los 5 millones de euros.
- No puede haber ninguna sentencia firme en contra del deudor en la última década que se relacione con su patrimonio, Hacienda, Seguridad Social, derechos de los trabajadores o delitos de falsedad documental.
Personas naturales
Como personas naturales, debemos cumplir con los siguientes requisitos para poder declarar la insolvencia económica:
- Incumplir con el pago de dos o más obligaciones financieras.
- Deber a más de dos personas o entidades.
- Haber dejado de pagar por más de 90 días nuestras obligaciones, o tener más de dos procesos ejecutivos en curso.
- Es importante demostrar que existen deudas que representan más de la mitad del total que debemos como deudores.
Al cumplir con la mayoría de las exigencias, es importante reconocer y demostrara que hemos intentado pagar nuestra obligaciones, de manera que es nuestra situación financiera la que nos impide proceder con los compromisos de pago.
Consideraciones a tomar en cuenta si eres una persona natural
A la hora de acudir a un proceso de insolvencia, debemos tomar en cuenta las consecuencias que ello acarrea:
- No podremos acceder por tiempo determinado al sistema financiero (en específico a productos de financiación).
- Nuestro patrimonio estará en riesgo siempre que no se llegue a un acuerdo con los acreedores.
Asimismo, es importante aclarar que para poder tramitar la insolvencia económica no podremos haber cedido a ningún bien en los últimos 6 meses. En caso contrario, se corre el riesgo de sufrir una cancelación de trámites.
Empresas
Cuando se es responsable de una empresa, también es importante conocer los requisitos que se requieren para declararse insolvente ante una crisis financiera sin precedentes.
En el marco de la insolvencia económica para empresas, cabe mencionar el concurso de acreedores. Una herramienta judicial con la que cuenta las organizaciones en el caso de no poder cumplir regularmente con las obligaciones de pago.
Sin embargo, la ley de insolvencia no exime las responsabilidades financieras como tal. De hecho, las empresas, al estar sujetas a un conjunto de normas, dependen directamente de las circunstancias y del tipo de negociación que se lleve a cabo.
Aclarado esto, es relevante saber que una vez se active el mecanismo de protección, la lay tiene como obligación cubrir tanto a los acreedores como a la empresa insolvente.
- Con respecto al deudor insolvente, el concurso de acreedores permite que las deudas no se incrementen.
- Y en cuanto a los acreedores, el concurso establece un estatuto equitativo que garantiza que todos los acreedores pueden cobrar dependiendo de la solvencia del quebrado.
En este sentido, las compañías deben analizar la situación junto con sus abogados, ya que la insolvencia resulta perjudicial si:
- La compañía se ve en la obligación de detener su operatividad.
- Peligran los puestos de trabajo.
- Los acreedores y proveedores consideran escasas sus posibilidades de cobro.
¿Cómo se desarrolla el concurso de acreedores?
La declaración de insolvencia de una empresa establecerá una administración concursal que velará por la correcta administración del patrimonio.
Esto a su vez se traduce en:
- Aceptar la intervención de los administradores para que estos puedan avaluar, supervisar y autorizar la mayor parte de las operaciones económicas.
- O la suspensión del poder de disposición de la empresa.
Asimismo, el patrimonio de la empresa estará protegido frente a las ejecuciones individuales de los acreedores, de manera que tampoco será posible compensar créditos y deudas. Motivo por el cual también se determinarán la masa pasiva y activa en los que se involucran las deudas y acreedores a los que corresponde, y los bienes y derechos de manera respectiva.
Una vez se fijen la masa activa y pasiva, se podrá presentar una propuesta anticipada de convenio para terminar el concurso de acreedores de forma amena. Además, el resto del cumplimiento del convenio también puede incluir:
- Quitas.
- Esperas.
- Conversiones de créditos.
De este modo, el concurso de acreedores facilitará el cumplimiento del convenio bien se procederá con la liquidación del patrimonio de la empresa para aplicar su precio al pago de las obligaciones del insolvente.