La osteoporosis es una patología de tipo esquelético, que implica una pérdida de la densidad de los huesos, debido a la reducción del tejido óseo. Con ella se produce una disminución de la resistencia, circunstancia que predispone a sufrir dolores y, sobre todo, fracturas.
Los huesos se vuelven porosos, delgados y frágiles. Muñecas, caderas y vértebras son las áreas del cuerpo humano en las que resulta más usual esta enfermedad, que raramente provoca síntomas notorios.
Para explicar la aparición de la osteoporosis, es necesario entender primero cómo se forman los huesos. Éstos son tejidos vivos que se renuevan constantemente. La patología aparece cuando se rompe el equilibrio entre la formación y reabsorción óseas (creación y destrucción del tejido). Raramente llegan a conocerse las causas que la provocan, aunque pueden distinguirse tres grandes tipos y grupos de afectados: los jóvenes o adultos que sufren osteoporosis idiopática (sin motivo conocido), mujeres con osteoporosis postmenopáusica y personas mayores con el tipo II o senil.
Osteoporosis y cavidad bucal
Una óptima salud oral está íntimamente relacionada con el buen estado de la masa ósea en la cavidad bucal. Además, algunos estudios han demostrado que la pérdida de tejido en los huesos maxilares implica que la patología se halla presente en otras áreas del organismo.
Los afectados de osteoporosis pueden sufrir problemas orales de importancia, que dificultan la capacidad de masticación y el sometimiento a determinados tratamientos odontológicos, como los implantes. Y es que esta enfermedad hace más complicado el proceso de osteointegración.
Las fracturas secundarias a la osteoporosis a nivel facial no son frecuentes. No obstante, hemos de saber que los bifosfonatos (fármacos que se prescriben para luchar contra la enfermedad) pueden provocar, a largo plazo, necrosis en los huesos maxilares. Por ello, los odontólogos deben vigilar periódicamente el estado óseo de la cavidad bucal, en pacientes con este tipo de tratamientos.
El desgaste del reborde alveolar es uno de los problemas, asociados a la osteoporosis, más comunes dentro de la cavidad bucal. Por otra parte, diversos estudios han demostrado la relación existente entre la enfermedad y el edentulismo.
El edentulismo es la pérdida de una, varias (parcial) o todas (total) las piezas dentales en una persona adulta. Afecta por igual a hombres y mujeres y condiciona severamente la vida de los afectados, tanto estética como funcionalmente.
Implantes dentales
A pesar de que la osteoporosis puede dificultar la osteointegración, este hecho no tiene por qué impedir la utilización de implantes dentales. Eso sí, debe procederse a realizar un estudio previo, que determine la situación del lecho óseo y las posibles soluciones a adoptar. Las nuevas tecnologías y el desarrollo de la odontología moderna permiten colocar implantes en pacientes en los que, hasta hace poco tiempo, resultaba inviable esta técnica.
Consejos
La mejor recomendación es la prevención. Para evitar la osteoporosis y sus efectos es recomendable llevar una dieta rica en calcio, crear entornos seguros para prevenir caídas y fracturas, además de realizar algo de deporte.
Las personas mayores, las mujeres post-menopáusicas y quienes tengan antecedentes familiares son los grupos de población más propensos a padecer osteoporosis. Se aconseja acudir al médico y, en caso de duda, someterse a una densitometría, prueba que mide la masa ósea y diagnostica esta patología.
Es crucial también acudir al dentista de forma periódica, pues estos especialistas son, en ocasiones, los primeros en percatarse de la presencia de osteoporosis. Además, una visita al odontólogo a tiempo puede evitar que los efectos negativos sobre la cavidad bucal se incrementen, prevenir el desgaste de los maxilares y eliminar contratiempos con la osteointegración en caso de implante.
La osteoporosis está llamada a convertirse en un problema sanitario, social y económico de primer nivel, debido al aumento de la expectativa de vida y al envejecimiento de la población. Las alteraciones en la masa ósea maxilar, como consecuencia de esta patología, pueden desencadenar desequilibrios serios en la cavidad bucal, por lo que la prevención y la investigación de nuevos tratamientos resultan fundamentales.