El zirconio es un material brillante de color blanco grisáceo, duro y extremadamente resistente a la corrosión. Fue descubierto en 1789 por Martin Heinrich Klaproth, a partir de una piedra preciosa denominada “circón”. Se aisló en estado impuro en 1824 y, a principios del siglo XIX, vio la luz como metal puro. El zirconio se emplea en centrales nucleares y como agente refractario (resiste las altas temperaturas sin descomponerse). En los últimos tiempos, el óxido de zirconio (Zr02) se ha convertido en uno de los materiales favoritos en implantología dental.
Australia, Estados Unidos, India y Sudáfrica son los máximos productores de este componente en el mundo. El óxido de zirconio puede tapar pequeñas fisuras de manera automática. A partir de los 2.300 grados centígrados se presenta en fase cristalina. Posee una resistencia contra roturas de 672 Newton en vitro y 403 en vivo.
Alternativa al titanio
El éxito y durabilidad de un implante dental exige una técnica quirúrgica adecuada y certera, pero también la utilización de materiales apropiados. Es fundamental que éstos sean muy resistentes, biocompatibles (para evitar en la medida de lo posible el rechazo por parte del organismo) y que soporten las presiones a las que se les somete con la masticación.
El titanio es un material que cumple con todas las premisas anteriores. Es por ello que, durante muchos años, ha sido la opción más utilizada a la hora de realizar implantes dentales. Su ligereza y fortaleza contra la corrosión son determinantes en un medio húmedo como es la boca. Sin embargo, en ciertos casos el titanio posee un inconveniente estético relevante.
Y es que cuando se sustituyen piezas dentales de la línea superior anterior, a veces puede producirse una retracción de las encías y, como consecuencia de ello, la aparición de un franja de tonalidades oscuras entre aquéllas y la prótesis. Este hecho posee consecuencias estéticas importantes, al volverse visible parte del elemento metálico. Para evitar este problema, los investigadores testaron diferentes materiales para sustituir el titanio, como la hidroxiapatita (mineral compuesto por fosfato de calcio cristalino), composites, otras porcelanas etc.
Ninguno de los componentes citados superó las pruebas al cien por cien. En algunos casos, el material en cuestión no cumplía con los requisitos de biocompatibilidad. En otros, la falta de resistencia fue el principal inconveniente. Sin embargo y tras analizar muestras de zirconio, los expertos se dieron cuenta que estaban ante un material idóneo para ser utilizado en implantes dentales.
Los implantes dentales de zirconio han tardado en ser una realidad, porque la superficie lisa de este material terminaba generando ciertos problemas en el proceso de osteointegración. Los avances en la técnica han permitido dotar al material de una superficie microrrugosa, solventando así dichos contratiempos.
Ventajas del zirconio en implantes dentales
Ya os hemos hablado de las ventajas de los implantes dentales, sin embargo el óxido de zirconio es un material cerámico y la solución ideal para quienes no desean implantes metálicos o para los alérgicos a los metales. Sus ventajas más destacadas en implantología dental son:
- Posee un color blanco, similar al de los dientes naturales.
- Goza de una gran compatibilidad biológica y es bien tolerado por el organismo (100% biocompatible).
- No contiene metales.
- Deja pasar la luz.
- Destaca por su resistencia y dureza.
- Disfruta de un grado de osteointegración igual o superior al del titanio.
- Impide la formación de placa a su alrededor.
- No produce alergias.
- Aguanta a la perfección los cambios de temperatura.
- Es inmune a la corrosión.
- Favorece la estética.
Los beneficios del zirconio son tan evidentes, que incluso muchos profesionales ofrecen a sus clientes garantías de por vida. A pesar de que es un material más caro que el titanio, algunos consideran que el futuro de la implantología pasa por emplear este componente, especialmente en la zona anterior de la boca. No obstante, debemos tener en cuenta que aún es pronto para comprobar su funcionalidad y éxito a largo plazo.
Los implantes dentales de zirconio, en resumen, presentan indudables ventajas. Sin duda, nos encontramos ante la mejor alternativa al titanio y con un sustituto ideal en caso de alergias a metales. Además, el componente estrella de la implantología contemporánea es también la solución más certera desde el punto de vista estético. El tiempo dirá si la funcionalidad, dureza y estética de estos implantes continúan después de muchos años, como ya se ha demostrado con el titanio.